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002 - No se que escribir...


Normalmente cuando me siento en el PC y abro el editor de texto no sé que escribir.
Uno de mis mayores sueños en la vida es poder expresarme de manera creativa y profunda atraves de la escritura, es como esa fuga que necesito para desahogar todo lo que pienso. Soy alguien que por extraño o cotidiano que suene me la pasó pensando, todo el tiempo como si no tuviera descanso. Pienso en todo. La forma en que me alimenta el desayuno y si está está balanceado (lo cual nunca lo está) la forma del aire y como este recorre la piel desnuda de mis brazos como caricias ligeras. Cosas así cursis y tontas, a veces demasiado existenciales y otras un poco melancólicas, pero siguen siendo cosas. Pensamiento que vuelan y revolotean sin orden alguno atacando paradigmas varios que por muchas razones encuentro curiosos.
Era una tarde de esas corrientes inundadas de color naranja (ese color que en su versión taciturno me fascina) iba caminando con apuro hacia el lugar donde tomo el bus que me lleva a la universidad, pero algo curioso paso. Sentí como que todo se tornaba de cierta manera extraño e incoherente, cómo cuando no eres consciente de algo en tu vida, un objeto o tal vez un sentimiento y de un momento a otro la realidad del ente te golpea como sin más frenando en seco tu falda idea de entorno conocido. Fue así como golpeado quede en medio de una calle mirando de fondo las nubes color crema, entendiendo que estaba vivo. Vivo! ¿Pueden creer? Ya no era consciente de que estaba vivo, había perdido la noción de aquello sin darme cuenta.
¿Cómo se puede olvidar que se está vivo? No lo sé, la verdad todo esto fue un descubrimiento de esos absurdos que suelo tener. Pero es verdad lo digo de corazón, recordé que estaba vivo y esto me hizo sentir extraño, con un sin sabor de boca genuino.
Seguí caminando hacia el parador del bus mientras meditaba en ello, sintiendo todo absolutamente a mí al rededor. Los niños correr mientras las madres gritaban detrás de ellos para controlarlos , las pisadas apuradas de quienes iban a sus cada luego de una larga jornada laboral o el simple golpeteo del viento contra los árboles generando está tan agradable melodía natural. Sentía todo como si antes hubiese estado muerto de sentidos y corazón. Es absurdo sigo diciendo y perdón si sueno repetitivo pero espero no le pase a nadie más. Olvidar que vivimos es como la más intrincada sensación de desapego existencial que pueda un humano sentir, es el límite del desvarío.
Pero bueno así se sienta que me desvíe del tema completamente,no es así. La base de mi teoría sobre no saber nada de que escribir es que sin duda alguna me la pasó pensando en tantas cosas curiosas que al final del día en la necesidad de plasmar todo en las letras, cómo que muero un poco a mí. Sin saber que era bueno el morir a uno para escribir lo dejaba todo así, hoy se que cuando uno muere un poco al escribir no es que muera sin más. Es que está dejando un pedacito de si en esas letras y que el lector póstumo va a entender con claridad los sentimientos y emociones que el texto transmite así que. No teman  no saber de que escribir es nada más una excusa para no morir un poco en nuestros escritos.


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